Mentalmente me veo bloggear que bloggeo y también puedo verme ver que bloggeo. Me recuerdo bloggeando ya y también viéndome que bloggeaba.
jueves, 20 de enero de 2011
Daniel instantáneo
lunes, 17 de enero de 2011
Algunos apuntes sobre El lobo estepario
El lobo estepario, publicado en 1928, es una novela que combina la autobiografía con la fantasía. Es autobiográfica puesto que el protagónico antihéroe Harry Haller funciona como un alter ego de Hermann Hesse, desde las mismas iniciales de los nombres se sugiere esto. Asimismo, el autor sufrió una profunda crisis espiritual en esos años. De este modo se presenta al ermitaño personaje en medio de la siguiente crisis existencial: no se considera burgués pero tampoco de clase baja, no se piensa completamente hombre pero tampoco lobo, no le gusta bailar, pero aprende el fox-trot. Está en la búsqueda de su identidad. Esta parte de la novela me recuerda a la pintura de Caspar Friedrich (alemán también) donde en primer plano aparece un hombre de espaldas al receptor en la punta de un risco, ante él se ofrece un paisaje neblinoso, incierto, donde los riscos se multiplican hasta el horizonte. La pintura es El caminante sobre el mar de nubes (1817–1818). Así es como se me antoja la vida de H. H., ermitaña, individualista; a pesar de tener mujeres y dinero está solo como el caminante ante lo que ha de venir.jueves, 13 de enero de 2011
Sisifeando en el trabajo
miércoles, 12 de enero de 2011
Calipsos
domingo, 9 de enero de 2011
La palabra escrita
Ya escrita la primera
palabra (nunca la pensada
sino la otra – esta
que no la dice, que la contradice,
que sin decirla está diciéndola)
[…]
Ya escrita la primera
palabra (sigue,
no hay más palabras que las de la cuenta)
Octavio Paz
Pre-texto
Estas últimas semanas no he podido escribir. De la forma tradicional, con esto me refiero a poner mis dedos en acción, a depositarlos sobre el teclado QWERTY aquí presente y dejarlos traducir mis informes ideas. Estas últimas semanas me he estado escribiendo egoístamente a mí misma, leyendo [este es el momento en el que sale Noé Jitrik de atrás de las bambalinas y señala que leer es escribirnos, pero pobre argentino le va a dar un infarto de tanto estarlo trayendo del tingo al tango para citarlo y justificar mi inconstancia escritural]. Pero me arriesgo a jugar a los dados con Mallarmé, pues me encuentro perdida en el borde mismo del abismo en el que como bien señaló el poeta maldito, toda realidad se disuelve.

