Mentalmente me veo bloggear que bloggeo y también puedo verme ver que bloggeo. Me recuerdo bloggeando ya y también viéndome que bloggeaba.

viernes, 27 de noviembre de 2009

TAE + SPM = PMC

Lo que se puede traducir de la siguiente manera:

El Trastorno Afectivo Estacional (su sigla en inglés es SAD) en conjunto con el Síndrome Pre-Menstrual (su sigla en español es SPM) lleva a la portadora de ambos males al salón de belleza más cercano para una posible masacre capilar. La variante del resultado implica fleco emo.


jueves, 15 de octubre de 2009

Me metadiscursearon... y me gustó.

Fui metadiscurseada, así que ahora me corresponde escribirlo.


Sin título, todavía. (Primer borrador)

Estaba escribiendo un hombre llamado Salvador Elizondo. Después de haberse leído La biblioteca de Babel y de haber escrito que escribía, se vio mentalmente leído por hombres y mujeres imaginarios. Así, comenzó a escribir acerca de una mujer que caminaba descalza por los pasillos azulfombrados de una biblioteca de siglas conocidas. De vez en cuando el hombre se detenía, miraba pensativo por la ventana, aspiraba un pequeño cilindro blanco y arrojaba una bocanada de humo azulado por la boca y por las narices; luego volvía a escribir: La mujer se detuvo en un extremo para escudriñar los libros. Parándose de puntillas cogió un tomo blanco y medianamente pesado de las Obras de Salvador Elizondo, se sentó en una mesa grande y abrió el libro. Sus mohines cambiaban de sonrisas a apretados entrecejos muy rápidamente. Leía: Puede que en este momento una mujer me esté leyendo al lado de una ventana [...]. Se detuvo en este punto, miró la ventana que se encontraba a su derecha y sonrió.
.

jueves, 8 de octubre de 2009

Miscelánea II.

Coff coff coff. Coff, coff coff. Coff coff coff coff. Coff coff coff coff Coff coff; coff coff coff coff coff *phlegm* coff. Coff coff (coff coff) coff. Coff coff: Coff coff coff coff... Coff coff. Coff coff Coff coff coff coff; coff coff. Dice mi hermano que: "Coff [...], coff, coff". Coff coff coff *otra flema* coff coff coff coff coff coff.

-Yo.
El doctor recomendó tomar mucha agua. Hoy llevo fácil tres litros de agua pura, potable, inodora, incolora, insípida, baja en sodio, sin azúcar, sin colesterol ni grasas trans (pinche publicidad). ¡Oh, mis riñones se sienten tan limpios! Sobre todo porque no he tomado café... tanto. Hace dos semanas me prometí una semana sin cafeína [insertar foto mía con un seductor americano y luego otra tomando café] y me di cuenta de que tengo muy poca palabra. Sin embargo me veo obligada a cumplir mi promesa and a little extra something: tampoco nicotina. Amo las paradojas, tan sana en mi enfermedad.





Tomen Coca Cola, no tiene conservadores.

jueves, 1 de octubre de 2009

No puedo hacer poesía

Todo es poético.
Todo es muy freaking poético; los lagos de aguas verdes, verdes como los mojitos del Submarino; el camino negro de tierra mojada, mojada por las lluvias berserkers e intermitentes, y mi música de fantasía que invita a derramar una lágrima inmerecida.

Todo es muy poético.
Mis tennis negros de suela blanca pisando el pasto cubierto de rocío, como el rocío pre-Noéico. -¡Quítate, maldita abeja mielera!- Apago mi música deprimente para escuchar mis pasos crujiendo el camino de madera.

Todo es tan poético.
El joven y la joven que se abrazan de día y arruinan mi escenario poético, qué vulgares. ¿Acaso no han leído a Poe? Los besos clandestinos suceden de noche. De seguro no, pues muy probablemente sus ausencias están contestando "presente" en el salón de clases. Pero, ¡vaya! parece que su amor tan fuerte hará mis grinchidos inherentes. Malditos enamorados. Él la dejará cuando ella afloje y en invierno cuando más lo necesite. Quisiera llamarlo Johannes, pero él no es tan poético.

Llego a la banca en dónde antes hubo dos y ahora solo uno. Todo es tan poético y yo sin poder hacer poesía. La música ya no está, lector, y me siento. -¡Maldito rocío frío!- Me acompaña un pájaro blanco de cresta amarilla que grita, grita como la maestra que me dio Inglés algún día.

Todo es tan poético ¡ah!: Mis pies descalzos andando como por inercia, la fuente que le canta al esfínter, el reverso de la hoja del periodo ipotetico della impossibilità (o del III tipo) donde poso mi puño y no escribo mi poesía.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Otra vez juego a Calíope

Me invoca mi poeta y pregunta si tengo alas membranosas, a propósito de un cuento inédito del Marco Tulio que le di a leer.


-No poeta, - respondo - mis alas no son membranosas, son de sirena. Esto puede tener muchos significados, todo dependerá del lado caleidoscópico con el que se quiera ver; desde la metáfora más complicada y blanchotera hasta la más vulgar y terrenal.

-¿Recuerdas...? Hace muchos años empezamos a evocar poetas de una nación floreciente para que escribieran de nosotros, buscamos entre ellos grandes hombres. Cada una de mis hermanas escogió a alguien que las representara de diversas formas. Sin embargo, yo quería trascender. Yo, junto con toda mi estripe; por eso escogí a Homero, a Virgilio, a Dante; ellos nos harían trascender, aunque parece que estamos de moda de nuevo.

Le conté a Homero la historia de Ulises ¿recuerdas ese libro? ¿No? Tal vez fue una diferente versión, han pasado tantos años... Te la contaré de nuevo para que se la cuentes a tus nietos, no sé por qué pero esa práctica de la tradición oral siempre me gustó mucho.

¿Recuerdas ese dicho de que el alumno supera al maestro? Cómo me hizo reir Aristóteles en ese momento. Resulta que las sirenas, esas falsas mujeres fatales, nos retaron. ¡A nosotras! Ja, ja, creyeron cantar mejor que nosotras. O sea, imagínate, ellas con su canto inhumano y engañoso, cantaban de un modo insatisfactorio y ese falso canto suyo solamente dirige a la destrucción de los hombres que nos alaban, ¿ajá? En cambio nuestro canto es divino, es exclusivo, VIP, nosotras escogemos a quién privilegiamos. ¡Qué ingenuas! No hace falta que te cuente quien ganó. Por su arrogante atrevimiento les quitamos las alas y las desplumamos como pollos. Ja, ja, ja, pobres, de por sí olían a pescado y ahora desplumadas. Pero había algo en sus alas. Con alas se puede volar,

...Continuará.

lunes, 14 de septiembre de 2009

¿Qué es poesía?

Imitación de Vladimir Holan


"¿Qué es poesía?", te preguntó una muchacha.
Y quisiste decirle: "El que tú existas
y con miedo y asombro,
pruebas palpables del milagro, me duelan
tu juventud y tu belleza.
Y no puedo besarte ni hacerte el amor
pues no tengo nada
y sólo escribe quien carece de todo."


Pero guardaste silencio.
La pregunta quedó en el aire.


José Emilio Pacheco




Acabo de ver al hombre que escribió eso. Y me habló, me dijo: "Necesito que me hagan casita para que me ponga la Vitacilina."


Update:
El lunes 14 de septiembre del año corriente se presentó el honoris causa José Emilio Pacheco en la FILU. Just for the record, este año cumple 70 años y necesita de los favores de la buena medicina. Encontrábame yo errante por la explanada entre la multitud de gente cuando encontré un lugarcito en las escaleras laterales a la tarima donde habría de sentarse J. E. P. y Co. Al pasar J. E. P. se detuvo ahí enfrente de mí, volteó y nos dirijió a los que estábamos sentados ahí la frase anteriormente citada. Yo me quedé paralizada porque me miró. Es que es la primera vez que veo a un escritor. Es la primera vez que veo a un escritor tan de cerca. Es la primera vez que veo a un escritor tan de cerca y me habla.

viernes, 11 de septiembre de 2009

De libros y la biblioteca

Aprovechando que hoy casi no tuve clases, fui a la biblioteca nomás a ver qué onda. Llevaba mi listita:
  • leche
  • pan
  • PN45 B52
  • PQ2603 L3334 P3
  • PQ2220 D723 B5
  • PQ2605 A3734 P67
  • huevos
Para poder llegar a la biblioteca hay que bajar las escaleras del mal, nadar por el lago de las aguas verdes, atravesar las vías del tren y pelear contra los super altísimos Halcones de la UV para poder conseguir la llave que abre las puertas del conocimiento del saber. Así que contraté un chofer para que hiciera todo eso por mí. Nunca había visto un tren tan largo, mi héroe contratado estaba desesperado. Debo admitir que los primeros 15 minutos yo también me desesperé y quise bajarme del taxi y saltar los vagones al más puro estilo de Jet Li, pero traía minifalda y no estaba dispuesta a dar doble show. Entonces me puse a ver pasar los vagones (no se me ocurrió contarlos, por algo no estudié Matemáticas ni Percusiones) y a pensar en la gente que viaja en tren, en específico los que llevaban a los campos de concentración (a propósito de Blanchot) y luego en mi abuelo porque le tocaron esas ondas, pero no tardé en volver a imaginarme saltando vagones.

Estoy segurísima de que un espíritu Bartlebianesco anduvo detrás de mí todo el tiempo, porque no encontraba ninguno de los libros que quería. Empecé a darme por vencida hasta que encontré los libros de Camus y eso me animó un poquito. Cuando agarré uno, una sustancia, cuya composición y procedencia no quiero saber, se me embarró en los dedos. Mal ayuyu, los dejé ahí. Así que contraté otro superhéroe, llamémosle Bibliotecario. Bibliotecario buscó y me encontró un libro y me dijo que los demás estaban en la colección especial, lo que significaba que no podía llevármelos a mi casa, snif. Corrí hacia la colección especial donde me proporcionaron muy amablemente El libro que vendrá, me llevé a Blanchot al fondo de la sala y me lo empecé a devorar. Es que es genial, lo abrí y así sin prólogo ni nada de foreplay me llegó:
Las Sirenas: realmente parece que cantaban; pero de un modo insatisfactorio, pues sólo dejaba entender la dirección en que se abrían las verdaderas fuentes y la felicidad verdadera del canto. Sin embargo, con sus cantos imperfectos, que no eran sino un canto venidero, conducían al navegante hacia ese espacio en que verdaderamente comenzaría el cantar. Por tanto no lo engañaban, sino que lo llevaban realmente a su objetivo. Pero, una vez alcanzado el lugar, ¿qué es lo que pasaba?, ¿qué lugar era ése? Uno en el que ya sólo se podía desaparecer, porque en esta región de fuente y origen hasta la música había desaparecido más radicalmente que en ningún otro paraje del mundo: mar en que se hundían, sordos, los vivos, y en que las Sirenas -lo que prueba su buena voluntad- un día tuvieron, también ellas, que desaparecer.

¿De qué naturaleza era el canto de las Sirenas? ¿Cuál era su punto débil? ¿Por qué este fallo hacia ese canto tan poderoso? Los unos siempre han respondido que era un canto inhumano: un ruido natural sin duda (¿es que hay otros?), pero al margen de la naturaleza, en todo caso extraño para el hombre, muy profundo y despertando en él ese placer extremo de caer, imposible de satisfacer en las condiciones normales de la vida. Pero, dicen los otros, lo más extraño era el embrujo: no hacía más que reproducir el canto de los hombres, y, como las Sirenas, aun siendo sólo animales, muy bellos a causa del reflejo de la belleza femenina, podían cantar como cantan los hombres, convertían el canto en algo tan insólito que hacían surgir en quien lo escuchaba la sospecha de inhumanidad en todo canto humano. Por tanto, ¿es de desesperación de lo que habrían muerto los hombres, apasionados de su propio canto? Por una desesperación muy cercana al rapto. Había algo maravilloso en este canto real, canto común, secreto, canto simple y cotidiano, que no podían sino reconocer enseguida, cantado irrealmente por potencias extrañas y, digamos, imaginarias, canto del abismo que, una vez escuchado, abría en cada palabra un abismo e invitaba con fuerza a desaparecer en él.

Este canto, no lo olvidemos, iba dirigido a navegantes, gente de riesgo y ademán audaz, y él mismo era navegación: era una distancia, y lo que revelaba era la posibilidad de recorrerla, de hacer del canto el movimiento hacia el canto y de este movimiento la expresión del mayor de los deseos.
Quedé picadísima. Regresaré a robármelo.

jueves, 10 de septiembre de 2009

A ver haber

Habemos gente que decimos habemos.


sábado, 5 de septiembre de 2009

Miscelánea.




Encuentren las 5 diferencias y ganen un iTamagochi mental.




¡Gracias! Buenas noches.


viernes, 4 de septiembre de 2009

Pato.

Sí, ya sé que he estado haciéndome mensa con lo de escribir que escribo y mentalamente verme escribir que escribía, pero behold mi justificadísimo pretexto: Estoy estudiando lengua inglesa (risas) y si no me creen pregúntenle a Felipe Alfau et. al.


Bueno pues, ya me voy a libertinar, drogar, emborrachar y esas cosas que hacen los jóvenes los viernes por la noche.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Frase del día

"El que no conoce lenguas extranjeras, no sabe nada de la suya propia".


Goethe

lunes, 31 de agosto de 2009

Frase de la semana

"La gloria o el mérito de ciertos hombres consiste en escribir bien; el de otros consiste en no escribir".

Jean de la Bruyere

Por eso Kafka no escribía, y yo...

martes, 7 de julio de 2009

Sin Título

Voy y vengo. ¿Cómo evitarlo? Soy la inspiración, soy la musa, soy la escritura en forma de mujer. Soy un espectro, tal vez un reflejo, aún no lo sé. Soy un vaivén.

Pero no para ti papá.

lunes, 22 de junio de 2009

Espejos Elizondianos

No recuerdo nada. Es preciso que no me lo exijas. Me es imposible recordar. Es necesario que no me atormentes con esa posibilidad, con la probabilidad de esa mentira que hemos forjado juntos ante aquel espejo enorme que nos reflejaba entre sus manchas y grietas. Es necesario que no me atormentes con esa posibilidad de la memoria. Sólo se ha grabado en mi mente una imagen, pero una imagen que no es un recuerdo. Soy capaz de imaginarme a mí misma convertida en algo que no soy, pero no en algo que he sido; soy, tal vez, el recuerdo remotísimo de mí misma en la memoria de otra que yo he imaginado ser. Es por ello que yo no puedo recordar. Sólo puedo escucharte, oír tu evocación como si se tratara de la descripción de algo que no tiene nada que ver conmigo. Es preciso, lo sé, que yo te crea cuando me hablas de todo lo que hemos hecho juntos. Estoy dispuesta a creerte, pero no puedo recordarlo porque para ti yo no soy yo. Soy otra que alguien ha imaginado. Soy, quizá, la última imagen en la mente de un moribundo. Soy la materialización de algo que está a punto de desvanecerse; un recuerdo a punto de ser olvidado...
(fragmento de Salvador Elizondo, Farabeuf)
Pero la musa debe olvidar para poder recordar. Si la musa soy yo pero no puedo recordar ¿qué pasa con mi oficio? Cuando me escribo, existo. Pero si no me puedo recordar... Si soy un recuerdo a punto de ser olvidado, soy la musa del olvido. Ya no existo.

lunes, 8 de junio de 2009

Una carta:

A propósito de una polémica novela que me dejaron leer en la universidad, A pesar del oscuro silencio de Jorge Volpi, escribí el texto a entregar y será leído el miércoles en una mesa redonda (insertar brinquitos de felicidad). Espero que se me quite la cochina gripa que no tengo ganas de recitar mi ensayo toda mocosa y con estornudos intermitentes, en el mejor de los casos espero hablarlo con voz sexy. 

La novela trata básicamente de las similitudes entre la vida de Volpi con la del poeta contemporáneo Jorge Cuesta. Volpi escuchó por acaso un chismecillo del poeta y quiso saber más. Investigó y fue más allá al grado de comparar sus vidas, porque se llamaba Jorge igual que él y por eso su vida le dolía dos veces (parafraseo). Total que en la novela hace una serie de entretejido con su vida y la de Cuesta. Insertó unas cartas que escribió el poeta para su hermana y una en especial llamó mi atención por los temas que maneja. Y la manera en la que empieza a escribir "Te escribo esta carta aunque sé que no vas a leerla". Me pregunto qué pasa, cuál es la necesidad de escribir una carta que no cumple su propósito de ser leída. Bueno, sin más preámbulos, ésta es la carta:

Te escribo esta carta aunque sé que no vas a leerla. Quizá por eso mismo me atreva a desafiar el silencio de nueva cuenta; por un momento me regocijé pensando que no tendría que volver a someterme a esta tortura, que una pluma no estaría otra vez en mis dedos para verter insípidas gotas de tinta, pero no soy capaz de escapar al delirio. No comprendo qué absurda manía me lleva a calcinarme con mis propias -ahora desgastadas- palabras. No resisto, como si no fuese yo sino otro quien dicta estas líneas de dolor y sangre. Dios mío, cómo desearía poder decirle esto a alguien -incluso a ti- en lugar de tener que escribirlo. En verdad nada destruye como la escritura: aniquila la realidad cuando cree preservarla, la inmoviliza y agota cuando intenta rescatarla del olvido y el tránsito. El sentido del mundo está en caminar, en el movimiento, en el cambio: fue hecho sólo para deslizarse en instantes irrecuperables, para nacer y morir en un parpadeo. En cambio la literatura, falaz remedo de la memoria, está paralítica; formada a base de insatisfacciones, no resucita a nadie. Como el amor, desde el inicio se encuentra condenada al fracaso. Lástima que lo descubriera tan tarde; ahora, aun sabiendo que es inútil, que por ella me condeno, no logro evitarla. Te escribo porque he decidido lanzarme al vacío: al menos en este caso no me atrapa la inercia. Será el único acto digno de mi vida: despeñarme libremente, arrostrando la responsabilidad. Lo peor es que te escribo y ni siquiera sé si te conozco. ¿Te amé? ¿A quién amamos? No a las personas, sin duda, sino a sus imágenes, las nebulosas siluetas que hacemos de ellas: a sus residuos. A fin de cuentas -el dolor lo prueba- sólo existimos para quienes nos aman o nos odian. Por desgracia esa temible existencia que nos otorgan los otros no se parece a nuestra amargura. De ahí que el amor más profundo sea el que tiene por objeto un desconocido; así lo poseemos sin decepcionarnos de la idea que tenemos de él comparada con su cuerpo. Cuando convivimos con el ser amado, cuando lo vemos diario, cuando somos capaces de adivinar sus pensamientos, el amor se desvanece y nos damos cuenta de que el otro no ha sido más que un pretexto. Pero no me importa, a estas alturas me da igual que seas una invención mía y no vayas a leer esta carta: de cualquier modo voy a escribírtela. Que el azar me pruebe en este viaje absurdo, yo probaré en él mi suerte. Muy poco me resta de ti: apenas una remembranza amarga, un espasmo, jamás una mirada, una palabra, una caricia tuya. Todo se desvaneció; ni siquiera tu nombre significa algo, pues, ¿a cuál de tus figuras, estados de ánimo, sentimientos he de dirigirme? ¿Cuál de todos esos ojos, mejillas, llantos, insultos eres tú? Sólo sé que, pese a la irracionalidad que entraña, te amo intensamente, mi destino depende de un murmullo de tus labios, de una seña de tu mano. Es la paradoja: no puedo dejar de decirte ya nada. Nada puede hacer que te oculte lo que por ti y para ti es en mí. Nada me puede contener, ni el temor de herirte; te hiero en mí, yo sangro más que tú, yo sufro más, pero es necesario. Estoy poseído esta vez, nada mío puede negar a lo que me posee; me posee el amor a ti. Me da una resolución que tú puedes mirar, una lucidez que puedes sentir. Te toco, te veo, te toco y te veo en mí: yo soy de ti, fuera de ti no soy: déjame que me defienda de morirme. Deja que por un instante vuelva a hacerme de ti; que lo intente. Bien sabes adónde llegaba mi violencia por tu piel y por tu mente, lo que amaba tu dolor para apropiármelo, para llenarme de él y liberarte de su peso. Eras una meta inalcanzable, huías como tu cariño; escapabas en tu fragilidad con mis lágrimas. Yo te perseguía hasta en los espejos donde acostumbrabas mirarte. Te buscaba, te atrapaba, te estrechaba contra mi pecho sólo para observar cómo desaparecías entre mis brazos. Perdóname si te lo recuerdo. Te he hablado, te hablo sin pudor, brutalmente. Te he hablado a pesar de que al hablarte miro que te hiero, pero yo te digo que yo me hiero más hondamente, que yo sufro más horriblemente y que el mayor mal que me ha hecho la vida y que todavía puede hacerme es que tenga que hacerte daño fatalmente, sin que nada en mí pueda evitarlo, a pesar de que todo en mí llora de verlo y se enloquece de sentirlo. Estoy llorando como nunca he llorado. Toda mi vida está llorando por ti. Perdóname, fui yo quien te destruyó, no el tiempo. Debía olvidarte, asesinarte, apartarte de mi cabeza. Tú y yo. Y vencí: de pronto dejaste de importarme. Quise entonces excluir de mi alma los sentimientos, siniestras llaves de puertas no deseadas, ápices de debilidad. Ellos nunca me explicarían el mundo. Me refugié en la inteligencia, ese frío tumor: con ella fabriqué un universo contingente, con leyes precisas, donde no hacías falta. El azar estaba prohibido; el amor, proscrito. Perdí de vista que, aun reinando, la inteligencia siempre permanece sola. Absolutamente sola. Perdóname, pues, esta carta: necesitaba escribirla y adquirir valor para la única conclusión posible, la consecuencia extrema de mi vida y de mi obra. Infinidad de veces repetí que había que arrancarle al mundo los escasos jirones de verdad que nos muestra: ahora me veo precisado a desprender el más importante, el que puede justificar los demás, el que puede dar sentido al tedio y al dolor, a las risas necias y los olvidos puntillosos, a tu amor desvanecido y a esta carta que se pierde con mi sangre.

Amada, estás presente a pesar del oscuro silencio,


Mi ensayo versa sobre la imposibilidad de la escritura y del amor que se manifiestan en esta carta. Por supuesto que entrando en ese mundo donde La Escritura es imposible, veo mis textos como un boceto de algo que puede llegar a ser mejor, como un tipo de proto-escritura que puede llegar a convertirse en una meta-escritura. He aquí mi interés.

sábado, 6 de junio de 2009

Calíope

Calíope era la musa de la elocuencia. En el caso de que ella solamente fuera un simple medio para inspirar, seguro se pasaba buena parte de su tiempo en los salones de belleza y de shopping, o asomada por su ventana mirándose las uñas o qué-se-yo. De ahí, si se dignaba, iba a la mente del inspirado en turno a hacerle el favor. Probablemente después de eso se iba con Terpsícore a bailar o alguna fiesta con las demás musas.

Todo iba muy bien en la vida de Calíope, para 1800 y pico ya tenía una obra bastante extensa. Si su obra era la inspiración, entonces todo lo escrito era obra suya. Un día estaba de ociosa y decidió irse a las Américas porque estaban de moda. Allí conoció a Edgar Allan Poe, ese huerfanito gringo tenía un no-sé-qué que qué-sé-yo y le fascinó. Ella le coqueteó descaradamente pero pues seguía yéndose a las bacanales de su pueblo así que él la rechazó; no necesitaba de ella, tenía a las estructuras, y escribió maravillosamente.

Digamos que Calíope nunca volvió a ser la misma desde Poe. Entró en una especie de crisis de los 40’s; sus admiradores ya no eran tantos, ya casi no recibía flores, regalos, chocolates, sms, invitaciones y cenas románticas a la luz de las velas. Ahora ya no iba con Baco a disfrutar sino a beber y a olvidar. Y le abría las piernas a cualquiera que le coqueteara, lo que significa que la escritura es para cualquiera, que cualquiera puede decirse escritor.

jueves, 4 de junio de 2009

Tengo una duda

¿Ser o no ser?


Ah no espera, esa no es mía.

martes, 26 de mayo de 2009

Hasta los infiernos

Hoy mientras atravesaba un parquecito que perfectamente funciona como atajo para llegar a mi casa, me topé con un chico que estaba tocando "Una" de Metallica* en su lira. Me preguntó mi nombre y le contesté que me llamaba Eurídice pero no me entendió. Me fui.


*Bueno, el chistecito funciona mejor si se habla. ¡Oh escritura imposible!

viernes, 24 de abril de 2009

"Preferiría no hacerlo"



-Parece que usted también ha adoptado la palabra -dije, ligeramente excitado.
-Con todo respeto. ¿Qué palabra, señor? -preguntó Turkey, apretándose respetuosamente en el estrecho espacio detrás del biombo y obligándome, al hacerlo, a empujar al amanuense.
-¿Qué palabra, señor?
-Preferiría quedarme aquí solo -dijo Bartleby, como si lo ofendiera el verse atropellado en su retiro.
-Esa es la palabra, Turkey, ésa es.
-¡Ah!, ¿preferir?, ah, sí, curiosa palabra. Yo nunca la uso. Pero señor, como iba diciendo, si prefiriera...
-Turkey -interrumpí-, retírese, por favor.
-Ciertamente, señor, si usted lo prefiere.
Al abrir la puerta vidriera para retirarse, Nippers desde su escritorio me echó una mirada y me preguntó si yo prefería papel blanco o papel azul para copiar cierto documento. No acentuó maliciosamente la palabra preferir. Se veía que había sido dicha involuntariamente. Reflexioné que era mi deber deshacerme de un demente, que ya, en cierto modo, había influido en mi lengua y quizá en mi cabeza y en las de mis dependientes.



Herman Melville
-Bartleby, el escribiente



Bartleby, peculiar personaje de la novela de Melville, “preferiría no hacerlo”, todo el tiempo. Con su singular y repetitiva frase (a saber, “preferiría no hacerlo”) contagia a sus vecinos de su palabra.

¿Quién era este personaje medio extraño, medio Tim-Burtoniano, Bartleby? Ningún personaje lo sabía. Sin embargo nuestra vida está llena de Bartlebys y muchas veces somos el Bartleby de la gente que nos rodea. ¿Qué no?

Ése se parece mucho al Bartleby de mi imaginación



¿Alguna vez se te “pegó” el acento relajado de tu amigo buena onda? ¿La “sh” de tu prima Shihuahuense? ¿Adoptaste el elegantísimo “chale”? ¿Te contagiaron el “pues” costeño? Lo mismo sucede viceversa; la gente con la que pasamos más tiempo adopta expresiones nuestras, algunas consciente y otras inconscientemente.

Hoy platicando con una amiga de la universidad, me di cuenta que había adoptado una palabra que usa una maestra nuestra y que yo también la había incluido en mi lista de palabras de uso frecuente y recordé a Bartleby. Revisando un trabajo para entregar, observé palabras de los autores que he leído últimamente y hasta tintes de sus estilos. ¿Es malo? No, mientras te guste y sea una adquisición parcial (oséase no un plagio entero de identidad) y aún conserves tu personalidad.

Yo diría que es curioso pues no necesariamente son de esas palabritas que usan los adultos con maestrías/doctorados/IQ de 194 que leen Letras Libres y beben cognac, sino que no son parte de nuestro vocabulario consuetudinario. O sea, es “chido” el sincretismo porque cada persona es un mundo y vamos dejando huella en cierto modo en los “mundos” periféricos y a su vez tenemos souvenirs de éstos. Y tú y yo somos uno mismo uh-oh-oh.

viernes, 17 de abril de 2009

♪♫ I can't help falling in love with my writings!

Amigo, tienes que amar tus escritos, son tus hijos. Nadie los va a amar tanto como tú podrías. Al final eres tú quien lo leerá entendiendo cada frase, alegoría y metáfora; cada expresión con la entonación adecuada; y si alguien entendiere cada enunciado como en realidad es, entonces amigo, eres una vil Encarta región 4.


Amigo, ¿qué es tu escrito sino un reflejo de tu pensamiento actual? Cuando pase el tiempo y lo vuelvas a leer tal vez no lo reconozcas, tal vez sonrías recordando viejos tiempos o tal vez te apellides García Márquez y no lo vuelvas a leer nunca jamás en tu pedazo de vida.


Amigo, hay que ver cómo es el amor que vuelve a quien lo toma gavilán o paloma,
Pobre tonto, ingenuo, charlatán...


Amigo, si vas a escribir, hazlo con pasión. Cree lo que escribes. Un escrito con obligación sabe aún más asqueroso que uno leído por deber. Ya sabes, si vas a hacer algo, hazlo bien; si vas a hacer una porquería, hazla grandiosa. Vele el lado Coca Cola :D

miércoles, 15 de abril de 2009

World peace

Y en un instante todo el mundo se calló. No se escuchó ni un sólo sonido. Cualquier aparato reproductor de sonidos muteó, la gente mudeó, los coches dejaron de claxonear, los camiones de contaminar y los niños de la albercada de la casa de al lado de tres pisos color crema con portón verde dejaron de gritar y de aventar agua por todos lados.

sábado, 11 de abril de 2009

Matutino muy personal

Hoy amanecí con los ojos pegados, con el fleco parado asi como cacatúa, cantando y escuchando Keane. Hoy amanecí un poco azul, tendí mi cama sin que nadie me lo recordara pues estoy convencida que las sábanas azules sueltan la peluza que me pone azul, puse unas rosas espero no convertirme en una especie de Barbie idiota.



Hoy quiero vacaciones de todo, nomás termine de cumplir con mis obligaciones sabatinas y lo haré, estoy determinadísima a ello. Veré una película, tal vez dos.



Hoy amanecí...
_____muy personal.

viernes, 3 de abril de 2009

Ocupadísima

Ya sé por qué no puedo escribir: Me falta tiempo, me sobran ansias.


Deje su mensaje después del tono.

Beep.

jueves, 2 de abril de 2009

A Salvador Elizondo

Me dicen la chica paradoja pues sólo puedo decir que no puedo escribir, escribiendo. Aún no he encontrado otra manera de heredar al tiempo mis palabras; cortas o largas, graves o agudas, acentuadas como mi cintura o tácitas como mis sentimientos.

No quiero escribir queriendo no escribir y escribo. Escribo que escribo que no quiero escribir escribiendo que no quiero escribir. Ad fastidium.

Palabras... No las quiero escribir.
Palabras, no las quiero escribir.

jueves, 26 de marzo de 2009

No puedo escribir

No puedo, me encuentro ante una duda paradójica: ¿Escribir inmortaliza o suicida?
"En verdad nada destruye como la escritura: aniquila la realidad cuando cree preservarla, la inmoviliza y agota cuando intenta rescatarla del olvido y el tránsito. El sentido del mundo está en caminar, en el movimiento, en el cambio: fue hecho sólo para deslizarse en instantes irrecuperables, para nacer y morir en un parpadeo. En cambio la literatura, falaz remedo de la memoria, está paralítica; formada a base de insatisfacciones, no resucita a nadie. Como el amor, desde el inicio se encuentra condenada al fracaso". Jorge Cuesta

Asesina para inmortalizar.

jueves, 19 de marzo de 2009

Pro-Coke

La Pepsi tiene un comercial genial pero Coca Cola tiene uno mejor:

lunes, 16 de marzo de 2009

Reductio ad Hitlerum

Abrieron un barcillo cerca de mi casa. Se ve fresón, quería ir. Pero es alemán y Hitler era alemán por lo tanto el barcillo debe ser malo...

Y siempre está lleno o reservado ¬¬

sábado, 14 de marzo de 2009


lunes, 9 de marzo de 2009

Post Desfazado


Teoría Genética de la Mujer


Todas las mujeres somos exageradas por default. Está en nuestra naturaleza ser exageradas, lo heredamos de nuestras madres y ellas a su vez lo heredaron de las suyas, quienes lo heredaron de nuestras bisabuelas, quienes lo heredaron de nuestras tatarabuelas, quienes lo heredaron de nuestras tataratatarabuelas, quienes lo heredaron de nuestras choznas, quienes lo heredaron de las inglesas a quienes les fue injertado un cromosoma X a la n potencia (nótese en el abuso de subordinadas solamente, lo del cromosoma es netamente cierto).


Debo añadir que como buena mujer me enamoré. Ayer mismo a las 7:25 pm mientras leía un ensayo de Salvador Elizondo. ¡Es horrible! Lo amo... Quiero que me insulte. Me he propuesto leer su legado, no todo empero porque es harto; ese tipo debió haber sido blogger, escribía diario.


A propósito de las mujeres (bien tipilla, eres la originalidad en persona) estoy por terminar mi primer e-book: Amor se escribe sin hache de Jardiel Poncela, que bajé hace centurias pero no me animaba a comenzar puesto que prefiero leer en tangible que en pdf. Me encanta su arquetipo de mujer y esta vez no estoy siendo sarcástica, es divino. Esto redireccionó mi pensamiento a la Barbie y su extraordinaria longitud de jambes, con lo cual divagué a nuestra fabulosa falta de capacidad para manejar. ¡Oh es tan cierta! (con sus respectivas excepciones como toda regla). ¡Por favor! ¡Si no podemos ni lidiar con el carrito del súper! Hombres, es su total responsabilidad no permitirnos hacer uso de esa maravilla en cuatro llantas y caballos en alguna parte desconocida para nosotras creada por ustedes y para ustedes. Traducción: coches para mujeres deben incluir chauffer que se adapte a nuestras "capacidades diferentes".

martes, 3 de marzo de 2009

Teoría de los Malos Autores

Todos, o por lo menos la arrolladora mayoría de los "Carlos" escriben... muy
particularmente.

lunes, 2 de marzo de 2009

Existencialismo Paroxístico Benigno

Quiero ser leída
Quiero ser recordada
Quiero ser ilustre
Quiero ser referida


¿Por qué? Porque sí.


No quiero pasar a la historia como una del montón, que se refieran a mis tiempos como a los del paroxismo hedonista del vulgo siendo yo parte de él. Definitivamente creo que hay más que eso y quiero ser parte de ese algo.

viernes, 20 de febrero de 2009

Estaba pensando en Desayunar.

Es que esta palabra me causa un pequeño conflicto etimológico. ¿Por qué "desayunar"? Me preguntaba a mí misma y no podía responderme. Porque para poder des-ayunar tendría que ayunar primero ¿no? Entonces si no ayuno no podría des-ayunar...

¡Noooooo!

Tengo que regresar a esa cadena de restaurantes impersonales por waffles caros con helado de vainilla del menú infantil y café quemado (sí, estaba quemado).

sábado, 7 de febrero de 2009

Adquisición de tabaco = Abandono

Un par de días atrás estuve platicando con un amigo por MSN y me dijo que lo esperara porque iba a la tiendita a comprar cigarros y se fue y ya no regresó.

Snif snif

lunes, 2 de febrero de 2009

La Chica sin Suerte.

Ok. Tiempo de una bedtime story.

Érase una vez, en un país muy muy lejano una chica que no era muy afortunada que digamos, sin embargo era harto hermosa (dato que debemos recalcar). Cada vez que salía de su casa o se bajaba del transporte público, sonaba una musiquita sensualoide así tipo intro de "Feel So Good" de Barry White mientras se soltaba el cabello o se quitaba los lentes y sacudía su cabeza en cámara lenta para luego tropezarse con algo aleatorio y entonces sonara un disco rayado.

Había tanto infortunio a su alrededor que iba a la escuela en días festivos para encontrarla cerrada y después darse cuenta que era festivo. Además nunca ganaba nada. No ganaba premios, ni camionetas, ni intereses; nada, nada. Ni siquiera se sacó el monito niño en ninguna de las 3 roscas que partió.

Tampoco cenó tamales.


Fin.


Esta historia es 100% ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

martes, 27 de enero de 2009

Apatía superlativa.

Tengo apatía
transpiro apatía
escribo apatía
deletreo a-p-a-t-í-a.

Todo, todo
Nada, nada.